POLITICAZOS. Por: Jorca410. LAS RENUNCIAS LIBERALES Y EL CHAU BAMBINOS.

La gran prensa bogotana, ha dado un enorme despliegue, a las anunciadas renuncias de militantes del Partido Liberal, a esa, su colectividad política. Esos militantes, en la mayoría de los casos, son personas prestantes, intelectualmente hablando y que a nombre de aquel, han ocupado altas dignidades del Estado, tales como Ministerios, la Procuraduría, la Contraloría, curules en el Congreso y hasta cargos unipersonales de elección popular, en los entes territoriales. Pero pocos, muy pocos, activistas políticos.

La masiva partida de militantes, del Partido del trapo rojo, dicen, tiene causa, en las equivocaciones del Director del mismo, el ex Presidente, César Gaviria Trujillo, quien, como se sabe, tuvo una opaca actuación en la campaña presidencial de Humberto de La Calle y muy orondo, corrió para donde Iván Duque, a darle a éste, respaldo con los menguados cuatrocientos (400) mil votos de aquel y de las bancadas electas de Cámara y Senado.

Esos ilustres personajes -los dimitentes- se van, porque desaprueban que Gaviria haya entregado el Partido, a, primero, la campaña de Duque y luego, al Gobierno de éste; contradiciendo teórica y prácticamente, todo el desempeño ideológico de la colectividad, durante los mandatos de Juan Manuel Santos.

A nosotros, en lo personal, no nos preocupa la suerte del Partido Liberal; como noticia, tratamos aquí, los temas que resulten de interés para toda la opinión pública. Como en este caso. Por consiguiente, sin defender a Gaviria, tenemos autoridad, para señalar a los de las publicitadas renuncias, que no son más que farsantes, bailando payasadas en un circo de carpa roja.

Ahora, cuando ya es un hecho consumado, que no habrá participación burocrática para los rojos, en el Gobierno de Duque, es cuando salen a exhibirse, los tales renunciantes. Es decir, cuando cada uno de ellos, toma conciencia, de que por lo pronto, no habrá chance de que le suelten un nombramiento nacional. Y cuando entonces, el respaldo a Duque, es malo.

¿Dónde estaban ellos, cuando De la Calle, salió a campaña, con un discurso aguao y todo timorato frente al proceso de paz? Sí. ¿Dónde estaban, que no se dejaron ver, advirtiéndole a su candidato, que recompusiera su actitud política, para motivar al electorado? Tranquilos, en sus casas, sus oficinas, esperando los resultados, para luego reclamar paternidades en el triunfo. El que no apareció.

¿Dónde estaban, cuando Gaviria, aún con los despojos calientes de la candidatura derrotada, salió a lo Victor Mora, a rendirse ante Iván Duque? Esas voces de protesta y la renuncia masiva, debieron oírse y verse ahí, en ese momento crucial para la política y para la sociedad colombianas. Callaron y se mantuvieron ahí y votaron. ¿Por quién? Por Petro no. Lo hubieran cantado. ¿En blanco? Tampoco. Lo hubieran pregonado. Por Duque, silenciosamente. El voto es secreto y el Partido Liberal apoyaba a Duque. ¿Quién lo dudaría?

Al Partido Liberal, a su Director, con toda seguridad, les tienen sin cuidado esas ausencias de militantes. A la organización política, en el universo del derecho, la encarna, un órgano de representación, que se llama representante legal; a ese lo tienen y continúa en el Partido; si se va, nombran otro y listo el pollo. Y políticamente, la representación, está en cabeza de los congresistas. Y a éstos, los posee el Partido.

Para las elecciones del 2.019, los avales los extiende, el Secretario del Partido; no el de la disidencia. El Secretario está con Gaviria. Y delega en los congresistas, la facultad de otorgar avales. Y éstos, están con Gaviria. Así que muchachones, ningún fo, le hacen ustedes a Gaviria, con sus idas. El -Gaviria- olímpicamente, les dirá: ¡Chau, bambinos! ¡Que les vaya bién!

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