Jueves 10 de enero 2019 | Devoción Matutina para Adultos | Más que negocios.
“Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles’ (Hechos 18:9).
Un encuentro que fue mucho más allá de los negocios. Así comenzó la historia de Samuel y Cecilia. Él es abogado en la Asociación Paulistana y es responsable por el alquiler de inmuebles. Cecilia es consultora de inmuebles en San Pablo, en el Brasil. En 2015 tuvieron un primer contacto cuando ella se puso a disposición para ayudarlo en su área de trabajo. Como había muchas transferencias de pastores y él necesitaba nuevos inmuebles, rápidamente aceptó.
Tuvieron varios encuentros, y Samuel observó el interés de Cecilia en las cuestiones espirituales. Por eso, decidió invitarla para que conociera una iglesia adventista. Ella aceptó, y al participar de la Escuela Sabática quedó interesada en el “librito” que las personas utilizaban. Él no perdió tiempo, y le entregó su propia Guía de Estudio, explicándole cómo podría utilizarla diariamente. Al sábado siguiente, Cecilia llegó temprano a la clase, pero triste porque no había podido responder todas las preguntas de la lección; y prometió que para el sábado siguiente las terminaría. Para sorpresa de Samuel, ella ya había respondido ¡toda la lección del trimestre!
Samuel entendió la necesidad espiritual de Cecilia, le ofreció un curso bíblico y ella aceptó. No demoró mucho que ella pidiera el bautismo. El día 7 de noviembre de 2016 entregó el corazón a Jesús en una fiesta bautismal realizada en las oficinas de la propia Asociación. Hoy continúa firme en la fe y ayudando a los dirigentes de su iglesia local.
La historia que comenzó con negocios terminó en el bautisterio. ¿Qué habría ocurrido si Samuel hubiera preferido “no mezclar las cosas”? Estarían hasta hoy tratando solamente de negocios. Cuando alguien entrega su vida a Cristo, no es llamado solamente a ser un miembro de iglesia, sino también a abrazar una misión que involucra mucho más que negocios, estudios o amistades.
No te engañes. Por detrás de altos muros, profesiones exitosas, nombres importantes, cargos poderosos o corazones -aparentemente- endurecidos, existe mucha gente sincera. Hay muchos con “hambre de la Palabra”, y solo vas a descubrirlos construyendo puentes y ofreciendo un mensaje de esperanza. Dios está buscando personas “que aventurarán cualquier cosa para salvar almas” (El evangelismo, p. 65). Atiende hoy el llamado divino, respondiéndole: “Heme aquí”.
El Tratado Internacional de la Antártida, fue firmado el 1 de diciembre de 1959, y su objetivo principal era regular las relaciones entre los países firmantes iniciales
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