POLITICAZOS.

Por: Jorca.

CRONICA GALERANA SOBRE EL ELVIS MAGANGUELEÑO.

Carlos Vives, en el prólogo de un libro editado en Medellín, en donde se contiene la biografía del consagrado cantante Rodolfo Aycardi, llama a éste, el Elvis Magangueleño. Elvis, en alusión comparativa con ese extraordinario exponente de la música norteamericana, el Rock and Roll -rocanrol- música que estuvo de moda en nuestro medio, por años, en la década del 50. Esto, referido a la calidad artística de su paisano.

Y magangueleño, en observación directa a su lugar de origen o de nacimiento, pues se dice y se tiene a quien aún hace bailar a los colombianos. en diciembre, Rodolfo Aycardi, como oriundo de Magangué, población en la orilla occidental del Río Grande de la Magdalena.

Pero, lo decimos sin ambages, lo de magangueleño, era postizo en él; prefería enunciarse como advenido a la vida, en Cartagena. En muchas entrevistas de radio lo escuchamos. En una última, en RCN., le oímos decir, que rectificaba y declaraba ser nacido en Nueva Granada, Sucre. Y esto es cierto, pues con ello, confirma dato histórico que sobre su vida, nosotros sabíamos con muchísima antelación. Y que Alberto Quiroz Díaz, Editor de esta página, nos reafirmó, con la mención de que Etilvia Rivera, la madre, le había contado este pasaje de la vida de su hijo.

El Dr. Simón Hilario Díaz Iriarte, Senén, quien a la postre, resultaría siendo primo hermano del famoso Aycardi, insertó en grupo de whatsapp, reclamo de reconocimiento como galerano, para este famoso hombre de música y con el nombre de Marco Tulio Díaz Rivera, en lo cual, parece tiene bastante razón, en virtud de lo que vamos a contar:

Nosotros, adolescente de 17 años de edad, llegamos a vivir a Magangué, en el año 1.965. Barrio San Martín. Nos tocó, someternos a las habitualidades hogareñas, para la satisfacción de las necesidades básicas de la relación de vida de esos tiempos; una de ellas, acarrear agua, desde un pozo artesanal público, localizado en la intersección de dos vías perpendiculares, una de ellas, paralela y ambas, accesorias a la carretera principal o Avenida Colombia.

En una esquina de la intersección, habitaba la señora Etilvia Rivera, con sus hijos -dos hembras y un varón- y su señora madre. El joven, se conocía por el nombre de Marco Aycardi, así, llanamente. Con nadie de ahí, tuvimos trato alguno. Marco, era todo un personaje en el pueblo; cantaba y tocaba guitarra. Era infaltable en las acostumbradas serenatas de amores furtivos juveniles. Y el encargado de la amenización musical, en un grupo escénico que había en el Joaquín F. Vélez, en donde cursó bachillerato.

De allí, su inmensa popularidad local. Año 66 o 67, viaja a Bogotá y participa en el programa de televisión, El Club del Clan, de moda, por lo novedoso de ese medio de comunicación y porque se dedicaba a impulsar, valores interpretativos de nuevo cuño. En ese mismo 67 o 68 se va del todo para Medellín y de inmediato, comienza la brillante carrera que lo llevó a los primeros lugares en la preferencia del público colombiano, tanto al interior de nuestro territorio, como en el extranjero. Artísticamente, se hace llamar Rodolfo, como un hermano.

Por cosas del destino y llevado de la mano del Dr. Antonio Cueto Aguas, llegamos a vacacionar a Galeras, Sucre; residíamos de nuevo en Barranquilla y con incipiente formación como locutor, nos vinculamos a Caracol, Radio Reloj, en cuya programación musical, abundaba la participación de Rodolfo, con los varios éxitos discográficos, con los que ya era líder de la canción romántica y la popular. Año 1.969. Lo anunciábamos, como Marco Tulio Aycardi Rivera, Rodolfo.

Después de 1.975, en Galeras, nos hicimos activista liberal. En una noche de tertulia etílica, el dirigente Carlos Díaz Pineda, quien llegara a ser Alcalde Municipal, ahí, nos refirió, ser padre de Rodolfo. Tomamos el dato como una confidencia y no le dimos trascendencia periodística al asunto; estábamos en ese entonces, dedicado a la política y a la burocracia y a lo sumo, nos interesaba el periodismo deportivo.

Posteriormente, el tema de la presunta paternidad de Díaz, se hizo noticia corriente. Y a nosotros, en particular, Jorge Navarro, galerano octogenario, de quien nos consta, era amigo personal de Etilvia Rivera, nos dio por verdadera, la misma. Rodolfo, por su parte, dijo, en días cercanos a su muerte: “Nací en Nueva Granada, Sucre, y a la edad, a la semana de haber nacido, me llevaron para Magangué, por eso yo soy de Magangué”. En conclusión, Rodolfo, nació en Galeras, pero era de Magangué. ¿Quién lo discute? A lo del apellido Díaz, habrá que meterle lupa histórica.