Martes 20 de noviembre 2018 | Devoción Matutina para Adultos | Cristo y los Patriarcas.

«Pero de aquel lado del río llamé a Abrahán, el padre de ustedes, y lo conduje por toda la tierra de Canaán; le di un hijo, que fue Isaac, e hice que tuviera una descendencia numerosa». Josué 24: 3, RVC

Abraham, Isaac, y Jacob, patriarcas llamados por Dios, se enfrentaron a grandes luchas a lo largo de sus vidas. Cuando se acercaban al Señor, Satanás los acosaba con pruebas difíciles para que perdieran la promesa hecha a su descendencia.

La familia de Abraham servía a otros dioses, pero el Señor lo escogió para que el conocimiento del Dios verdadero se conservara en él, y se convirtió en el heredero de ese santo cometido. «Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber adonde iba» (Hebreos 11:8). Fiel a la dirección divina, prosiguió su camino.

Cuando el hambre llegó a Canaán, Abraham emigró a Egipto, y allí se enfrentó a una prueba difícil: por temor a los egipcios, mintió diciendo que Sara era su hermana. «Reveló desconfianza en el amparo divino, una falta de esa fe y ese valor elevadísimos tan noble y frecuentemente manifestados en su vida» (Patriarcas y profetas, cap. 11, p. 108). En esos duros momentos, la fe de Abraham flaqueó y Satanás aprovechó para apartarlo de Dios. Sin embargo, a pesar de su falta, el Señor lo arrebató de las garras del enemigo y lo salvó.

Tiempo después, Jehová le pidió que sacrificara a su único hijo. La primera noche antes de llegar, mientras todos dormían, él meditaba en la orden del Señor; era muy duro, pero no dudó en obedecer sin objetar.

«Satanás estaba listo para sugerirle que se engañaba, pues la ley divina mandaba: “No matarás”, y Dios no habría de exigir lo que una vez había prohibido […]. Abraham estuvo tentado a creer que se engañaba. Dominado por la duda y la angustia, se arrodilló y oró como nunca lo había hecho antes, para pedir que se le confirmara si debía llevar a cabo o no esta terrible orden» (ibíd., p. 128).

Sin embargo, una vez más, Jehová permaneció a su lado y no permitió que Satanás lo desviara del propósito divino. Pongamos también nuestra vida en manos de Cristo para verlo vencer a favor de sus hijos e hijas fieles.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2018

FUENTES DE VIDA

David Javier Pérez

Lecturas devocionales para Adultos 2018