Cortesía: noticias.caracoltv.com
En una emotiva y extensa entrevista en 2013, el expresidente sacó a flote sus recuerdos, sus nostalgias y sus equivocaciones. Así se confesó aquella noche.
Así habló del país que encontró en 1982
“Teníamos ya varios años de guerrillas y el tratamiento que se estaba dando a esas guerrillas era militar. Yo llegué al Gobierno con el pensamiento de que ese tratamiento podía ser explicable y hasta justificable, pero era incorrecto, pensaba yo. Porque me parecía más constructivo el diálogo, el poder de la palabra, de la palabra que viene de los siglos, y entonces opté por conversar en vez de seguir disparando”.
“Y fueron los años de los primeros acuerdos con las FARC. Acuerdos que finalmente fracasaron por inmadurez de la guerrilla, como me confesaron sus líderes después, y yo creo que por intransigencia mía, por arrogancia mía”.
También reveló cómo se enfrentó a la guerrilla.
“Cuando llegué al Gobierno tenía la tesis, como sociólogo, de que los movimientos subversivos en América Latina no se producen por generación espontánea. ¿Por qué estos estudiantes de tales y cuales universidades se van al monte? ¿Por tontos? No, no lo hacen por tontos. Lo hacen, pensaba yo, porque en cualquier momento perciben que se bloquearon sus esquemas mentales, que ya no les sirve la piedra, que les sirve el disparo que es más detonante.
Pensaba yo que en todo movimiento subversivo en América Latina hay factores positivos, subjetivos, y factores objetivos impersonales. Por ejemplo: la dependencia externa, la falta de infraestructura social, los alcantarillados, etc. Y me puse a corregir todas esas motivaciones. Y en esas andaba cuando se presentaron situaciones inmanejables, o que manejé mal. Si las manejé mal, les pido perdón a mis compatriotas por haberlas manejado mal. Punto”.
Y por supuesto tuvo espacio para su otra pasión: la cultura.
“Sí, yo me refugio en la poesía, en la literatura, en la filosofía. Y cometo versos. El verbo es exacto: cometer. Y hago dibujitos. Soy fracasado discípulo de un gran maestro y de un gran pintor que es Manzur, mi amigo del alma, e iluminado en el ejemplo de mi amigo y compañero Fernando Botero”.
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