EDITORIAL.

LA ZAMBRANIZACION DE MAGANGUE, ESTA QUE LLEGA.

Usamos este titular, porque creativamente, nos pertenece. Lo empleamos para hacer llamativa, de entrada, nota que escribimos en el recordado EL COMUNICADOR, con respecto a los impactos negativos que la construcción del puente sobre Yatí, produciría en la economía de Magangué.

En aquel entonces, nos referíamos exclusivamente, a lo que la experiencia no muy lejana, nos enseñaba, de lo acontecido con el Municipio de Zambrano; perjuicios percibidos, ante circunstancia igual: Puente que comunica con Plato, Magdalena.

Partidarios a ciegas, del coloso de cemento que cruzará por el aire, esta parte del Río Grande de la Magdalena, se nos vinieron lanza en ristre, a peyorizar nuestro comentario y a tildarnos de enemigos del progreso y del desarrollo, que según ellos, con dicha construcción, llegarían a raudales, al puerto carvajalino. Refutamos argumentadamente, que no somos enemigos de esa obra pública, simplemente, que alertábamos sobre algo adverso de ella, para que se tomasen los correctivos del caso. Estamos teniendo razón.

Actualmente, muy tibiamente, los magangueleños han entendido, que el trazado vial del puente, no favorece a Magangué, porque la deja, por fuera de su integración carreteable; para evitarlo, se habla de una variante que gestiona el Director Ejecutivo de la Cámara de Comercio, Dr. Henry Borré Athías, ante las autoridades del ramo y que al parecer, había sido descartada del proyecto o diseño inicial. Se supo de una intención, de que el tráfico pesado circulara, por los remedos de calle del poblado; el Alcalde Alí se opuso y como que le pararon bolas.

Ayer, Bodega, el corregimiento que hace de puerto fluvial conexo con Magangué, en la Isla de Mompós, en las tareas diarias del traslado de pasajeros de un lado a otro, en las embarcaciones conocidas como Chalupas, amaneció alborotada por protesta que estos transportistas, así como Mototaxistas, llevaron a cabo, ante el silencio que el Fondo de Adaptación -responsable del puente- guarda frente a la expectativa de quedar ellos -actores del intercambio de pasajeros y mercancías, entre tales puntos geográficos- cesantes, al entrar en servicio el Roncador.

El tiempo transcurre, el levantamiento de la obra avanza y la cercanía de su inauguración, es cada día, más próxima y como lo hacen sentir los protestantes, no se avizora en el panorama socio económico de la región, la solución a la adversidad, de quedar sin causa para el trabajo y consecuencialmente, sin fuentes de recursos, para las apremiantes necesidades básicas cotidianas e inaplazables, ya que no es posible, no alimentarse hoy, para hacerlo mañana.

De quedar la situación en el contexto que analizamos, el progreso, el desarrollo, lo verá Magangué, pasar de largo para Mompós. Este ente territorial, sin la representación política en el Congreso, que ostenta Magangué, se nos está adelantando en la modernidad. Con su patrimonio cultural vigente y floreciente, gran atractivo turístico que históricamente la enaltece y con la elevación a categoría de Distrito, nos ha dejado tirados a la vera del camino. Se nos fue Mompós.

Mientras, en Magangué, la fiebrecita del cemento comunal y los ocho mil millones ($8.000.000.000) de pesos, para el acondicionador de aire de un Coliseo Cubierto que no es tal, por lo inusual de sus actividades. Llamado también, Centro Deportivo de Alto Rendimiento, que es nada lo que ha rendido, en los que haceres del músculo. Un estadio de softbol, para sub sede de un campeonato nacional, pero estadio, sin cabinas de radio. O sea, sin predisposición para el alma de la comunicación deportiva.

Así que, ojo con la zambranización, que está que llega.

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